sábado, 20 de abril de 2013

Recuerdos en mi cajón


A veces pienso que una sola caja de recuerdos podría definirme; cualquier foto, cualquier perfume o incluso cualquier sonrisa inocente. He abierto esa caja que tanto me llama a veces sin por qué, he sonreído, de nuevo. Una oleada de tu perfume y de recuerdos me ha inundado, me ha llevado y manejado como una hoja.
Sólo he sido capaz de buscar esos poemas que tanto me gustan, los he releído como la primera vez, he vuelto a tener esa misma sensación de vacío.
 Esa caja no es una simple caja que un día me regalaron con algo dentro; ni si quiera sé que simple regalo fue, sólo intuyo que me eligió a mí y que empecé a alimentarla de recuerdos. Los primeros años solo eran dibujos, pequeños detalles que elegí guardar porque fueron importantes y no recuerdo ahora por qué. Gracias a esa caja sé que existen. Con el paso de los años se ha ido haciendo más grande, la he visto crecer con mis propios ojos como mi madre me ha visto a mí. He vivido. 
Tengo la prueba de que me he llenado de recuerdos, que ahora no sé qué hacer con ellos. Doblarlos, disminuirlos y soldarlos para que así quepan más o simplemente optar por asumir que esa caja ya está llena. No obstante, llevando conmigo a esas personas que siguen dentro, a todos esos momentos que siguen viviendo y que no debo olvidar.

Desde no sé cuando una nueva vida (caja) estoy empezando a llenar y sí, no puedo aferrarme a esa caja vieja que me hace tan feliz así sin más.  
 Tal vez y sólo tal vez, esas cartas y poemas sólo forman parte de algo aún mejor, que quizás tenga que empezar a guardar y disfrutar. No tengo nada planeado, no quiero solventar lo que un día no pude solucionar, que se quedó ahí esperando a que lo recogiese…sólo sé que tengo que seguir adelante y que lo que un día no regresó nunca más volverá. 
Por todos esos recuerdos y más, por los recuerdos que hay en mi cajón. 

El Deshielo



Se empezó a derretir la coraza y cayó
y mi piel se volvió fluorescente.
Durante cuánto tiempo estuve hibernando
No me interrumpiste, me estabas esperando.

Me hiciste olvidar los hombres de la tierra,
Tenías el sabor de todos los helados
Éramos extraños en días sin lluvia
bajo las Perseidas para verlas caer...

Cuando acabó aquel letargo sin fin
me quedé en agosto a vivir.

jueves, 11 de abril de 2013

Utopías (I)

No tenía nada planeado, sólo llevaba el aroma de todos los domingos y una sonrisa de oreja a oreja que la representara. Él tampoco tenía nada, por no tener no tenía las fuerzas de separar sus manos de su cintura y soltarla.
El tiempo les acompañaba en esa tarde soleada y a veces el viento tenía ganas de enredar sus cabellos para que así se besaran.

-A veces creo que deliro, te veo tan hermosa aquí, tan cerca de mí que no creo que esto sea real. -Le soltó al oído.
-Cállate. -Mintió ella.
-No tengo razones para hacerlo, y tú tampoco quieres. -Adivino él con una sonrisa.
-Simplemente quiero que dejes de enamorarme. - Respondió ella.
-¿Sabes qué? Haría cualquier cosa menos eso y dejarte marchar. Para ti es distinto, no puedes enamorarte de tu propia sonrisa, como lo hago yo, todos los días de mi vida. - contestó agarrándola por la cintura, poniéndola aún más nerviosa.
-Bésame. -Susurró ella.
-Lo voy a hacer. A cambio quiero que no te vayas nunca, quiero que seamos éste beso el resto de nuestra vida. -Y posando sus labios en los de ella, el resto del universo que les rodeaba dejó de existir.

A veces soy tanto lo que escribo que hasta olvido que estoy describiendo en palabras lo que en mis pensamientos retiro. A veces soy tan tú; somos tan nosotros que olvido que hay un tiempo que nos separará.

jueves, 4 de abril de 2013

Por quererte


A veces nos advierten y lo dejamos pasar pero créeme cuando te digo que no hay ni un cielo ni una tierra que pueda sostenerme más que tu sonrisa. No hay medida para contar cuantas veces he pensado en estar encima de ti, sin nada que nos pueda separar, sólo el calor de nuestros cuerpos.
No tengas miedo me susurran algunas palabras, puedes hacer el presente tuyo como la primavera al triste abril. No tengas miedo te digo, que el azul del cielo no mira mi canalillo cuando paseo.
Y sí, a veces vuelvo a ser yo cuando dejo de pensarte; si es que hay fórmula para afirmar eso, y aquí escribiendo(te) palabras sin sentido intento describir que no hay curas para un amor tan efímero. No tengas miedo, te vuelvo a decir, que las gotas que recorren mi cuerpo cuando me ducho sólo saborean lo que un día será tu imperio.
Y por querer(te) quiero.
Que pagues tu peaje en cada parada de mi cuerpo, que sea un viaje con ida pero sin vuelta.  Te quedes a vivir en mí y yo pueda descansar en tus lágrimas cuando vaya a morir.

Y por querer(te) puedo.
Morderte e inyectarte mi veneno, que no  hay sonrisa más sincera que cuando me estás mirando. Y si hay paraísos, yo ya los encontré hace tiempo. Por querer puedo ser Eva y comer(te) la manzana prohibida. Tú absolución sería mi regalo de cumpleaños.

Y por querer(te) tengo.
Ganas de besarte y que no haya desgaste, porque hasta desgastarnos sería ponerle un final y yo quiero besarte hasta lo más eterno. Por querer tengo una sonrisa dibujada en la cara hasta cuando duermo.

No sé escribir poesía ni versos, sólo sé describir con palabras y sin quedarme satisfecha todo lo que siento. (por ti)