domingo, 17 de noviembre de 2013

Pido vivir

Tampoco pido mucho. No quiero estar asquerosamente forrada, ni tampoco vivir del aire. Solo pido levantarme de la cama y ver esperanzas de un día totalmente nuevo, con cosas nuevas que vivir.
Saltar de la cama, y no despegarme de las sábanas.
Ir a la ducha y sentir las ganas de vivir en cada gota.
Hacer deporte, tal vez correr y saludar al vecino y su perro.
Ir al trabajo para disfrutar de mi trabajo, y no a esperar a hacer las horas para irme.
Salir y volver a casa, o tal vez no. Ir a comer a un parque, o simplemente saltarme la comida.
Tener opciones.
Volver a casa y echarme la siesta sin sentirme culpable.
Follarme a mi novio,a mi amante o a mi vecino pero hacerlo con ganas. Tener tiempo.
Tal vez pasear, pararme a pensar en un banco. Volver a casa de la mano del amor de mi vida, sin fechas límites, sin sentirse atado a nada, ni papeles por escrito, sólo amor.
Leer y escribir en una sencilla mesita.
Bailar con mis amigos en una fiesta, o ver una película mala en el cine.
Llamar a mi madre. Decirle que estoy bien.
Volver a casa, da igual que casa sea mientras me sienta bien. A la hora que sea. Da igual si estoy viendo el amanecer.
Dormir placidamente, esperando que mañana sea otro día completamente distinto. Sin la ducha, sin el trabajo, sin la siesta, sin el paseo, sin mí. Distinto.
Eso pido. Tampoco es tanto.