Las historias a medio acabar
que tengo,
Las vidas de los personajes
que he dejado en vilo,
Y sus finales.
Porque todos quieren final.
Y que sea feliz.
Nadie piensa en que la chica
gris
Tal vez no quiere ser rosa,
Ni azul,
Ni ningún otro puñetero
color.
Tal vez el chico que
escribía poemas en silencio,
Le gusta que sólo resuenen
esas palabras en su cabeza,
Que nunca leerá la chica
del pelo largo y suelto.
Que tocaba el piano,
O que quizás solo lo hizo
en sueños.
Pero dejadles en paz.
Ya tienen suficiente
conmigo.
Nadie comprende el disgusto
de la lluvia
Que siempre la utilizan para
escenarios tristes;
Nadie piensa en el jodido
café
Que está cansado de que
siempre sea amargo.
Y los que se olvidan,
De que los versos sin rima
también son bonitos;
Que no hace falta una
sonrisa triste
Para robar un beso.
Pero ya lo dejo,
Soy así, como mis
historias,
Inacabada, incompleta
Y sobre todo
Inconformista con los
finales.
Como el de este verso,
Como el de todos los versos
que escribo.