Me pregunta por
qué ya no soy sexo.
El porqué de mi
apatía insoportable
Y mis nulas ganas
de seguir viviendo.
Yo le respondo:
‘Cariño, con
el tiempo
Se me olvida el
sexo de nuestras mañanas
De las noches y
tardes en tu cama
Vuelvo a ser la
madrugada,
No la de alcohol
y lujurias
Sino la fría en
tu cama sin una lluvia
Que te alegre el
despertar de tu mañana.
Que sólo
recuerda lo malo que hizo
Hace y volverá a
hacer
Porque no
aprende si no se le hace
El suficiente
daño.’
Ese daño que
sigo haciéndome
Cuando te
marchas,
En la despedida
que me rompo
Y me divido tanto
Que se van
contigo todos esos trozos
Y solo queda el
malo.
Me pregunta por
qué ya no soy sexo,
Ni tampoco esas
mañanas,
Lo que no sabe es
que yo no soy yo
Cuando él está
lejos.
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