Es un domingo eterno,
El cual acabo de despertar
Y nadie me ha tirado de las
mantas
Para volvernos a escapar.
Escapar de lo cruel que es,
No estar conforme
Nunca
Con nada.
Ni contigo misma.
Pero vuelves a la cama,
Para seguir creyendo
Que algo cambiará.
La cama se vuelve fría,
Tu gato no te mira,
El pie desnudo por el
calcetin perdido;
Las ganas infinitas.
Es un domingo eterno,
Porque mañana será el
mismo puto dia,
Seguirás deseando huir
Aunque ya lo hayas hecho una
vez.
La tarde te da una
oportunidad,
Pero sigues mirando la
pantalla
Admirando, envidiando,
anhelando a otras personas.
Mientras el tiempo te mira,
Y tú,
Le ignoras;
Es un vals solitario,
El tiempo ya se ha ido pero
tu, de nuevo,
Sigues creyendo que le estás
dando la mano.
vaya, es uno de los textos que has escrito que más me han gustado. me parece tan directo y a la vez sencillo. a mí no me gustan los domingos, y me he sentido reflejada en cada una de tus palabras. te crees que haces algo y no haces nada, y te hundes en las sábanas para dejar que pase el día pero después de ese están otros, y otros, y así un bucle infinito hasta que decidas plantarte. me ha encantado.
ResponderEliminar(saludos)
Los Domingos y todos sus minutos, que no hacen otra cosa que dejarnos flotar en los recuerdos de lo que fue y en la melancolía de lo que no será.
ResponderEliminarLa próxima vez sal a la calle. Quizá algo bonito te esté esperando..
Un besito enorme.