Estoy entrando en una sala
llena de gente,
Me estoy buscando.
No me encuentro porque dejé
de conocerme
Hace bastante tiempo.
Sólo me dejo llevar por la
música
Y las personas que me
sonríen.
Entonces te veo a ti,
Hablándole a una desconocida
Y veo como ella es capaz de
sonreír sin miedo.
La envidio y no sé por qué,
Esa chica sabe lo que quiere
Y lo consigue.
Yo en cambio solo observo
Y deseo lo que no puedo.
Entonces, de nuevo, te veo a
ti.
Sacándola a bailar aunque se
te dé de pena.
Y la miras a los ojos para
decirle,
Que, como siempre, está
preciosa.
Ella tiene la vida en los
ojos;
La felicidad es mediocre,
Comparado con lo que siente
en tus brazos.
Decido acercarme a
vosotros
Y preguntaros cual es el
secreto,
Tú atónito miras a tu
alrededor;
La chica ya no está.
Ahora sólo estamos tu y yo,
Y me preguntas:
¿Por qué te has separado
de mi mientras bailábamos?
Me doy cuenta,
Que esa chica era yo misma,
Y mi otro yo, el que
observaba, un reflejo de mis propios miedos.
Siempre he sido la misma,
Solo me hizo falta acercarme
a ti para bailar.
Quizá llevemos tiempo observándonos bailar desde lejos, sin darnos cuenta de que somos nosotros mismos. ¡Muy bonito! Besos.
ResponderEliminar