martes, 8 de abril de 2014

Bohemio

11:00  de la noche: Estaba en aquel garito perdido al que solía ir para encontrarse, era lunes, cualquier lunes. No había nadie aunque estuviera lleno. Qué ironía.
Se pidió otra copa en la que sumergirse de los problemas, navegar y después ahogarse tras la rotura de sus heridas. Estaba tan acostumbrado a aquella rutina, que llegó a creer que le dolía menos. La embriaguez llegó a apoderarse de él una vez más y empezó a desaparecer su Yo que daba pena. Sí, esa pena que sientes por alguien que no tiene solución. 
La camarera de rojo que siempre mostraba mucho pecho le preguntó que si quería que alguien le acompañara a casa. '¿Qué casa? ¿Esa mierda donde solo voy para dormir y vomitar?' le contestó a sabiendas de que así se libraría de ella. Se volvió a sentar para recuperar fuerzas pero solo consiguió perderse aún más. 

2:45 de la mañana: Ahora tirado en la cama sin saber cómo había llegado allí y sin conseguir abrir los ojos. ¿Tanto había bebido? Se preguntaba. Cuando se giró y abrió los ojos, allí estaba ella haciéndole palpitar el corazón hasta estallar.
Qué cojon..¿Que haces aquí? Me has dado un susto de muerte- Le preguntó sobresaltado.
He llamado varias veces pero no abrías, suponía que estabas otra vez borracho y sobre tu cama-Le respondió con una de sus mayores sonrisas.
Odiaba y anhelaba a esa chica con cada una de sus apariciones y desapariciones. 
No entendía que hacía con un chico como él en un mundo como ese. 
Ven aquí anda- Le respondió con un beso en la mejilla y arrastrándola al otro lado de su cruel mundo. 

5:30 de la mañana: El ruido de las sirenas le despertó. Ahora estaba solo y con unas ganas inmensas del suicidio. Todavía la borrachera le perseguía, decidió fumarse un cigarro y seguir preguntándose por qué seguía vivo. Se tumbó, esperó a que las pesadillas le arrastraran hasta el servicio para vomitar (Ojalá sus problemas)

Sin hora, sin día, sin él: No sabía si era de día o de noche, si había vuelto a bajar al garito a beber o si estaba follándose a la chica que no quería pero que le curaba. Se sentía tan vacío que dejó de pertenecer a ese cuerpo al que se tenía que resignar vivir. Sólo sabía que su sabor amargo y su dolor de cabeza no era por estar borracho. Siempre estaba borracho. Todo le daba vueltas, apenas veía, sólo podía saber dónde estaba por sus manos que se deslizaban entre la multitud de objetos. Abrió la puerta, se dejó llevar hasta la calle. 
Andaba sin rumbo, sin destino, sin vida. Era un muerto viviente entre la gente que creía ser feliz. Divisó un puente. Maldita casualidad. Pensó, por primera vez en toda la noche, en qué haría con su vida. Se sentó cerca de la barandilla. No quería montar un escándalo a pesar de que era lo suficientemente temprano como para que nadie se diese cuenta de su hazaña. 
Ahora de pie, contemplaba como el agua se deslizaba entre las ramas que quedaban atrapadas. El aire le despertaba, le daba puñetazos en la cara (Más de los que tenía de antes) Puso el pie sobre la pequeña barra decorativa del puente. Después el otro. Pensó llamarla, era la única persona a la que le importaba su inminente pérdida. No lo hizo. Miró hacia el horizonte, bajó un pie. Ahora su vida tenía aun menos sentido haciendo aquello. 
Su vida no pasó ante sus ojos como en las películas,
Ni siquiera sentía miedo, tampoco enfado por la vida
Ni lástima por él mismo.
No sintió nada.
De qué le servía el suicidio entonces,
Si ya estaba muerto.

1 comentario:

  1. Joder... A ver cómo explico esto...
    Me he visto totalmente reflejada, joder.
    No, no... No sé cómo decirlo. Me has acojonado. De veras.
    Yo no puedo beber alcohol, pero estoy con mil medicamentos y siento justamente eso. Incluso tengo a un chico que es mi bálsamo...
    Joder... No sé si decirte que me ha encantado o que lo he encontrado horriblemente similar a mi vida, lo cual me entristece aún más.
    Yo ya pienso que soy una muerta viviente porque no siento nada. De nada. Es como si fuera inmune al exterior...

    Joder...

    Lo siento, quizás deberías borrar este comentario a pesar de lo mucho que me he identificado (incluso las ideas suicidas...).

    En fin, un abrazo de la Chica Miserable...

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