sábado, 3 de mayo de 2014

Escribir soñando

La noche acababa de llegar hasta su ventana. No tenía miedo (O eso intentaba aparentar)
No había conseguido pegar ojo durante la noche anterior, así que esperaba que pronto sus ojos se cerrasen como persianas. No fue así.
Su mundo se empezó a desordenar de nuevo, los papeles de la mesa se convirtieron en mundos no conquistados todavía en los que la pluma era una especie de Dios. La ventana, ahora mojada por la lluvia, tenía mares en cada minúscula gota. Y animales marinos. Y plantas. Y vida. Y sus lágrimas saladas.
Empezó a ponerse nervioso, no sabía que hacer; no sabía si aquello era un sueño. Y si lo era...¿podría hacer lo que de verdad quisiese?
Otra parte de él le decía que tuviera cuidado, que aquello era por la falta de sueño, que eran bonitas alucinaciones pero alucinaciones. No tuvo consideración. Bajó las escaleras, hacia la calle, hasta la maldita puerta que no se había atrevido a llamar. Tardó poco tiempo hasta llegar a su destino, no sabía si había corrido o simplemente dado saltos de canguro o aleteos de pájaros gigantes. Aquello era perfecto.

Llamó tan fuerte que le dolieron los nudillos.

Hola.-Le respondió a secas cuando aquella chica de pelo largo y ojeras tan profundas como su alma abrió la puerta.
¿Qué haces aquí? Hace mal tiempo...¿Ha pasado algo?.- Le preguntó preocupada. Se agarraba aquello que llevaba como pijama. En realidad era una camiseta de su padre. Hasta las rodillas.
No, no ha pasado nada y ese es justamente el problema. ¿Sabes? Se ha hecho de noche y me ha dado miedo. Cuando llega la noche es la forma que tiene la vida de decirnos que el tiempo se pasa demasiado rápido. Mira, hace tanto tiempo que me haces perder la cabeza mientras sonríes, mientras te quitas el pelo de los ojos...-Se paró. Sus lágrimas nacieron tan pronto como las gotas de lluvia que habían caído hace un rato. Prosiguió, pero no lograba saber que estaba diciendo de lo nervioso que estaba. Es solo un sueño, pensaba. Sin embargo, parecía tan real que se dio pellizcos en los brazos.
Oh, no. Estoy despierto. Joder joder joder.- Dijo en susurros mientras aquella chica lo observaba con cara sorprendida. Ella respondió, pero estaba tan aturdido que no conseguía escuchar lo que decía. Hablaba y hablaba. Lo importante era que lo que estaba diciendo lo decía sonriendo.
La interrumpió, le dio un beso. Le acarició el pelo mientras y pensó que el mundo era maravilloso.
Le hizo el amor en cuyo sitio no quería recordar. Se fundieron en aquella noche que jamás olvidarían. La canción de después, el cigarro de después, el abrazo, los besos, el 'te voy a llevar conmigo para que nadie te robe' de después.

Y fin. Puso en aquellos papeles que le habían desordenado la mente y su mundo haciéndole creer que todo aquello había ocurrido de verdad. Los tachó, se levantó y se fue al mundo real.
Jamás volvería a estar sin dormir más de un día.

No voy a juzgar 
qué hay en tu corazón, 
pero si no estás preparada para el amor, 
¿cómo vas a estar preparada para la vida? 
 
Así que amémonos por completo, 
en voz alta 
y ahora… 
porque muy pronto moriremos.






1 comentario: