Se despertó como cualquier
mañana. Sin embargo, ésta era distinta aunque ella todavía no lo
hubiera notado. Los muebles no se sostenían por su propio peso en el
suelo, estaban en el aire, sostenidos por el peso de otros. Todo
estaba mojado, todo estaba inundado de agua. Su habitación se había
convertido en una habitación de un barco que chocó hace miles de
años y ahora estaba habitado por otros seres y por ella. Su camisón
blanco le llegaba hasta el techo, se lo quitó y lo tiró como pudo.
No sabía como podía seguir estando viva en aquella osadía.
Entonces recordó la noche
anterior. Suplicándole, gritándole
y recitando lo que nadie nunca
escuchó.
No dejes que me hunda,
Otra vez no.
Me dejaré llevar por la
deriva
Y jamás volverás a ver
mis ojos
Color verde (sin)
esperanza.
Había
estado llorando tanto que su habitación y ella ahora pertenecían al
mar. No dejes que me ahogue con mis propias lágrimas. Fueron
sus últimas palabras. Desapareció como las plumas de los pajaros
que vuelan en el aire sin destino alguno; sola e inundada de las
lágrimas que jamás supo decirle que lloraba cada noche.
Entiendo que no te guste sentir cosas así porque no mereces todas esas lágrimas que inundan tu alma, pero, cuando esos mares quieran desbordarse, escribe. Que nos dejas a todos boquiabiertos.
ResponderEliminar¡Un abrazo, bonita!
La verdad, hace tiempo que no me siento tan así como esa persona a la que llamo 'ella' sólo a veces, entonces parece que soy una chica triste o algo y no. Solamente que en determinados momentos escribo historias de personas que no conozco. Pero la verdad es que sí, a veces me desbordo y entonces decido escribir.
EliminarGracias por tu comentario Idoia, Un abrazo preciosa.
al principio creía que había una inundación de verdad, he recordado un momento de mi niñez en el que me levanté de la cama y todo mi salón estaba lleno de agua. pero al final tu texto se inunda en toda su tristeza, y ya no he sabido qué es peor, perder tu hogar o perderte por dentro, llorar la tristeza... supongo que todo tiene una solución. y esa chica tarde o temprano terminará de llorar y se sentirá limpia, sus mares se habrán evaporado.
ResponderEliminar(saludos)